
LA NAN
Share
Crecí entre risas, abrazos y apodos, desde pequeña, Nandi, Nandita, Nani me decían. Muchos nombres decíamos pero ninguno encajaba conmigo, hasta que mi prima, con una sonrisa, dijo “Nan”, y todo empezó a nacer, un nombre corto, con historia y amor, “La Nan”, mi esencia, mi propio brillo.
Aun así, en mi familia, siguen llamándome “Nanda”, ese apodo que siempre me ha acompañado, un toque de cariño y cercanía que nunca se pierde.
Con amor,
Nanda